martes, 22 de enero de 2013

18-01-2013, discurso Rafael Pimentel en la presentación del libro del Castellar


PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL CASTELLAR DE PRIEGO, ESTUDIO GENERAL”, autor Rafael Pimentel Luque; 18-01-2013, a las 20.30 horas, en la sala de exposiciones del casa museo de D. Niceto Alcalá Zamora.


Buenas noches:

Señor concejal de Cultura, amigo Miguel Forcada, mi admirado onor de hacerlo en e hacerlo en su presencia en esta casa de nuestro ilustre paisano D. Niceto Alcal una cultura prmaestro Rafael Osuna Luque, señor alcalde pedáneo del Castellar, compañeros de la Guardia Civil, amigos de la Biblioteca, de Carcabuey  y del grupo de senderismo “La Cabra Loca”; bienvenidos todos.

Emocionado, comienzo agradeciendo vuestra asistencia esta noche a la presentación de mi pequeña obra sobre la aldea de El Castellar, especialmente a los vecinos de la misma que están entre nosotros. Permitidme en este principio, que tenga un sentido recuerdo para mi padre, Rafael Pimentel Mérida, fallecido en 2007, incansable trabajador, que junto a mi madre, aquí presente, supieron transmitirme su interés por el conocimiento y la constancia como recto camino para conseguir más amplias metas.

Empecé a conocer El Castellar durante el año 1989, a raíz del noviazgo con la que hoy es mi esposa, Pili, que residía junto a su familia en esos bellos parajes, al pie de la mole de la Sierra de Albayate, cuya contemplación se imponía sentados a la puerta de la casa durante aquellos larguísimos veranos de nuestra juventud. Sus padres, habituales andarines por los alrededores en el sentido más neolítico de la palabra, me fueron mostrando por primera vez, lugares como el cortijo Reyes, la cañada de Dios, la Senda del Perro o el cortijo de la Sierra, que luego van a aparecer reiteradamente en este libro.

El Castellar de Priego, y no sobra el “de Priego” porque son 17 las poblaciones que así se llaman en España, e incluso, hay dos lugares, en Cabra y Sileras (Almedinilla), nombrados como Castellar; presenta unas peculiaridades que le hacen especialmente interesante no solo entre el resto de pedanías del término municipal de Priego, sino a escala provincial y autonómica.

En primer lugar, está la existencia de la ermita de San Miguel, templo cuyo origen está perfectamente datado en 1700, ubicado en una elevación de 926 metros, antesala de Albayate, lejana al núcleo del diseminado, hecho que no se da en ninguna otra población similar de la comarca. Ligado al mismo, nació una hermandad de animeros conocida como “de los inocentes” o “de los tontos” que pervivió hasta los años 60 del siglo XX; sus componentes, ataviados de singular manera, destacando los alfileres y las cintas de colores que se prendían, recorrían la comarca pidiendo limosna para el mantenimiento de la ermita. Esta singularidad, con similitudes en la vecina provincia de Granada, pero no en la comarca de Priego, es, a mi parecer, lo más destacable desde el punto de vista antropológico que podemos encontrar en El Castellar.

De otro lado, durante más de dos años, ocupé el cargo de secretario de la Asociación de Amigos de San Miguel del Castellar, lo cual me ofreció la posibilidad de conocer en profundidad a muchísimas personas vinculadas a la aldea; en el curso de las conversaciones surgían recuerdos del pasado y comentarios sobre gente ya desaparecida, lo cual despertaba mi curiosidad. Por esta razón, decidí iniciar un blog: “aldeadelcastellar.blogspot.com” en el cual, desde abril de 2007, he ido colocando toda la información que ha ido llegando a mis manos: noticias, documentación sobre El Castellar que está en el Archivo Municipal de Priego, fotografías de eventos allí celebrados y algunas curiosidades como la adquisición por el emperador Napoleón, durante la Guerra de la Independencia, de un cortijo en esta aldea.

También, el contacto con Miguel Forcada, con el que comparto diversas aficiones de tipo cultural, pero principalmente el senderismo, me permitió conocer con gran detalle los parajes que comprende nuestro diseminado. Miguel me invitó a realizar un catálogo de antiguas construcciones: casas, cortijos, cabrerizas y cortijadas, y me puse manos a la obra. De este modo, en la web “panoramio.com” se insertan fotografías de más de un centenar de edificaciones con sus nombres y coordenadas geográficas sexagesimales, que pueden ser vistas a través de la aplicación Google Earth; en este terreno, resultó vital el auxilio del alcalde pedáneo Manuel Gil Cano.

Cuando planteé la idea al profesor Osuna Luque, me pidió en primer lugar un por qué, a lo que contesté, en resumen, que consideraba de interés para Priego, población con una amplísima bibliografía, iniciar un estudio de una de sus aldeas sobre las que no había ninguno de tipo general y, sin embargo, paradójicamente, estas habían supuesto más del 50% de los habitantes del término municipal hasta la década de 1950.  De otra parte, constituía un desafío la investigación de un diseminado tan pequeño, cuando, además de carecer de publicaciones sobre el mismo, los datos en el ámbito local solo están desagregados hasta el nivel de municipio.

Numerosas han sido las horas pasadas en el Archivo Municipal, en el Parroquial y en el Registro Civil, vaya desde aquí mi agradecimiento para sus responsables: Jesús Cuadros, Benjamín Julián y Antonio Ordóñez. De estas dependencias, he ido extrayendo toda la información con alguna referencia al Castellar de Priego que encontré; por ejemplo: un padrón vecinal de 1696 en el que se cita a nuestra aldea junto al Campillo y una población como los Almongávares, cuya ubicación se desconoce,  aunque lo más probable es que coincidiera con lo que hoy es Peñas Doblas en la Sierra de Albayate; otro documento peculiar es una relación de voluntarios realistas fechada en 1825. De la Parroquia de la Asunción y del Registro Civil, he fotografiado más de 1.400 inscripciones de nacimientos y defunciones de personas de nuestra aldea entre 1842 y 1942.

Fundamental resulta igualmente, la información revelada por el periódico Adarve, tanto en su primera como en su segunda época, cuya búsqueda resultó muy facilitada por la digitalización de todos los números llevada a cabo por Enrique Alcalá Ortiz; persona, a la que debo agradecer que de su obra Priego y prieguenses en la prensa cordobesa (1852-1952) extractara una separata, antes de la publicación de la misma en 2012, con las noticias referentes a El Castellar, siendo insustituibles estos contenidos para el estudio de la desamortización en este territorio durante la segunda mitad del siglo XIX.
No puedo olvidar en el capítulo de agradecimientos a Rafael Carmona, coordinador del Servicio Municipal de Arqueología, respecto a los datos de la pedanía contenidos en la Carta Arqueológica Municipal. Tampoco a Luís Ortiz, técnico del Servicio de Urbanismo, por la elaboración de los croquis de planta y cubierta de la ermita y de la iglesia del Sagrado Corazón, siendo la imagen de la portada del libro obra suya; además, está mi sobrino, Cristian Aguilera, que colaboró restaurando algunas de las fotografías dañadas que aparecen en la edición. Es de justicia, citar el buen hacer de Álvaro Pérez, de la imprenta de la Diputación Provincial, por su magnífico trabajo de maquetación, y al grupo de espeleología G40, que me facilitó la información sobre las dos cavidades existentes en la zona objeto de estudio, especialmente, respecto a la sima de la Llaná en la Sierra de Albayate.

De otro lado, el profesor Manuel Peláez del Rosal me ofreció algunas referencias al diseminado en los protocolos notariales de principios del siglo XVII, además de haber publicado en la revista Fuente del Rey la trascripción de la escritura por la que se contrató la construcción de la ermita de San Miguel que aparece en el libro. Y tampoco he de omitir al patronato Niceto Alcalá Zamora, en cuya sede, concurrimos esta noche a la presentación que nos ocupa.

Entrando  someramente en el contenido del texto, diré que: “Castellar” según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en su segunda acepción, tiene el siguiente significado: “Campo donde hay o hubo un castillo”, procedente del latín “castellarius”. No sabemos a ciencia cierta dónde estuvo ese “castellar” que da nombre a nuestra aldea, en mi opinión, se situaba en el cerro de la ermita de San Miguel, como excepcional lugar de vigilancia que domina todo el valle de Priego. Sin embargo, este paraje no ha sido objeto de estudio arqueológico, probablemente, porque los restos que pudieron quedar de aquella primitiva construcción defensiva fueron destruidos durante la obra de la ermita a principios del siglo XVIII.

Otro topónimo que se refiere a esta pedanía es el de Los Chirimeros. No obstante, he podido comprobar que el mismo no aparece en la documentación hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX y que hoy casi ha desaparecido, aunque figura en alguna correspondencia que reciben los vecinos. Puestos a deslindar qué era El Castellar y  qué Los Chirimeros, las respuestas no han sido uniformes, aunque el criterio más aceptado es que Los Chirimeros sería el conjunto de viviendas que constituyen el núcleo de la aldea junto a las antiguas escuelas y la iglesia.  La palabra “chirimeros” no aparece en el diccionario de la Real Academia, sin embargo, se refiere al conjunto de músicos que tocaban las chirimías, instrumento antecesor del oboe que se usaba tanto en celebraciones religiosas como seculares.

Brevemente diré, en cuanto a los orígenes de El Castellar, que no existe constancia de su poblamiento antes de la dominación romana; en este período, encontramos restos de asentamientos rurales en el Cortijillo, Cerro del Charco y las Parras. De época musulmana, datan los restos encontrados en la zona de las Rentas, denominándose el yacimiento como Los Villares.

Tras la conquista de Priego por Fernando III de Castilla en 1226, la zona pasa a estar controlada por la Orden de Calatrava, si bien después de perderla a manos del ejército nazarí de Granada, vuelve a ser tomada por el rey Alfonso XI en 1341, soberano que dividió el término de Priego en “caballerías” una de las cuales sería El Castellar. Precisamente este monarca, en su famoso Libro de la Montería dice que “el monte del Castellar de la Sierra de Albayate es bueno de puerco en invierno”, primera referencia escrita al topónimo que podemos encontrar en tan temprana fecha.

El Castellar de Priego, en sentido propiamente dicho, nace en un período que podemos acotar entre mediados del siglo XVI y principios del siglo XVII. En esa época, los vecinos de Priego compraron tierra a la nobleza y varias dehesas al Rey. También importantes valdíos y realengas al comisionado de Felipe IV, Luís Gudiel y Peralta, en 1639. Esto, unido a la costumbre del Ayuntamiento prieguense de la época de subdividir las tierras de común entre los hijos de los arrendatarios y conceder permiso para edificar casas dispersas, y a la existencia de numerosos manantiales de agua, va a dar lugar al nacimiento de las aldeas del término de Priego, y por ende de nuestro querido Castellar.

En cuanto al número de habitantes, desde los primeros datos de 1696 con 75 personas hasta los 817 de 1950 hubo un crecimiento constante. Llegados los años 60 del siglo XX, el descenso va a ser continuo, pues en el padrón de 2008 eran 137 los habitantes de nuestra aldea. En este sentido, deseo que el libro también sirva para reivindicar ante nuestras administraciones los valores históricos, antropológicos, medioambientales y sociales de las pequeñas pedanías como El Castellar, cuyas formas de vida corren el riesgo de desaparecer para acabar como simples lugares de segunda residencia sin una cultura propia.

Termino ya, esperando no haberles cansado, reiterando mi agradecimiento por su presencia en la presentación del libro sobre El Castellar de Priego, expresando enorme gratitud hacia mis compañeros de mesa, sin cuyo concurso esta publicación no hubiera visto la luz  habiéndome cabido el honor darla a conocer en esta casa que viera nacer a nuestro ilustre paisano D. Niceto Alcalá Zamora. Gracias.








sábado, 12 de enero de 2013

18-01-2013, presentación del libro "El Castellar de Priego, estudio general"

Estaré encantado de que todas aquellas personas vinculada al Castellar que siguen este blog, me acompañen en la presentación del libro, que en gran parte es fruto del mismo, el próximo 18 de enero, viernes, a las 20.30 horas, en la sala de exposiciones de la casa-museo de Niceto Alcalá Zamora, entrada por calle Río. Gracias a todos los amigos y amigas de El Castellar que me han ayudado a realizarlo.

jueves, 3 de enero de 2013

Mañana viernes 4 de enero, fiesta navideña

Mañana viernes 4 de enero, a partir de las 21.00 horas, en el salón social del Castellar, antiguas escuelas, la Asociación de Amigos de San Miguel recupera la antigua fiesta navideña que se celebró años atrás. Nos piden que llevemos algo de comida para compartir entre todos, también son bienvenidos los postres.