sábado, 19 de enero de 2008

Historia de Santana y la Guerra Civil

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE PERSONAJES “NO ILUSTRES”
POR LOS CAMPOS DE PRIEGO ( I I )

(SI TE ENCUENTRAS CON SANTANA……. NO TEMAS,
POR TI NO HAN DE DOBLAR LAS CAMPANAS).

Antonio Serrano, más conocido como “Santana”, era una persona apreciada y bien vista en la aldea de El Castellar, donde residía. Era un hombre alegre, trabajador, y amigo de todos. También fue un “pajarillo ligoncete”: le gustaba llevárselas a la olla de la finca de Zurita, detrás de la casa de Domingo “Cuicia” (el del relato anterior), para darlas un buen y merecido revolcón.
Estas alegrías se sucedían unos años antes de la Guerra Civil .
Santana era amigo tanto de pobres, él también lo era, como de ricos. Y gracias a un rico salvó el pellejo en la guerra.
Antonio Serrano, “Santana”, fue un destacado militante comunista, al igual que su amigo Manolo “El Costurero”.
Una tarde recibió Santana una sorprendente e inquietante visita: era un emisario de D. Juan Zurita y de y de D. José Ruiz Martínez (suegro de Chimendi) , importantes terratenientes de aquella aldea, y señoritos de Priego. Los emisarios comunicaron a Santana que los sublevados franquistas que tomaron el poder en la zona, habían planeado venir en su busca, al día siguiente, para fusilarlos a él y a Manolillo "El Costurero". Raudo se dirigió Santana a informar a Manolillo Sánchez, El Costurero, con intención de huir juntos rápidamente. Pero El Costurero, en una actitud imprevisible, le respondió que él no se marchaba, -Manolillo no digas tonterías , ¡vámonos que nos matan a los dos!, insistió Santana, -Antonio vete tú que estás más “señalado”, a mi no me harán nada, concluyó Manolillo.
El mensajero no se equivocó. Al día siguiente Manolillo “El Costurero”, sin nadie que pudiera ya remediarlo, fue ejecutado in situ, en la misma puerta de su casa.
Antonio Santana pudo cruzar a la zona defendida por el ejército legítimo de la nación, el de la República. El frente se encontraba a escasos 10 kilómetros, y hacía allí se dirigió Santana para salvar al pellejo.
El río Caicena era la línea que dividía ambos bandos, y Almedinilla el núcleo de población más cercano a este lado del río, lado de donde partió nuestro personaje. Hasta llegar a la Sierra de Vizcántar , situada ya en la otra orilla y en cuya falda se encuentra la aldea de Las Sileras. Algo más al Este, adentrándose en territorio republicano, están los Cerros de Pineda
Santana, una vez establecido en el bando republicano (“rojo” como gustaban decir) ejerció como jefe de milicia. A los que patrullaban de noche en pequeños grupos, les llamaban “los niños de la noche”, y Antonio Santana era responsable de uno de estos pequeños grupos.
En una de las rondas nocturnas de vigilancia, que efectuaba Santana y sus “niños de la noche”, se adentraron en La Sierra de Albayate desde la zona que ellos ocupaban, la cara Este. Ascendieron a las cumbres y a continuación fueron descendiendo por la vertiente Oeste de la sierra, dirigiéndose hacia la cabreriza de Los Madriles, cuyo cabrero era amigo de Santana. Cuando se encontraban próximos al viejo edificio, los milicianos escucharon voces de gente que se encontraba en el interior. Alertados, Santana y los suyos, por si hubiera dentro elementos rebeldes, pasaron a la acción…
Irrumpiendo al interior con gran estruendo y encañonando al personal allí congregado: ¡ARRIBA LAS MANOS! ¡QUE NADIE SE MUEVA!... dijo un miliciano, desgañitándose en un gran torrente de voz.
Dentro de la cabreriza se encontraban los caseros y tres o cuatro cazadores que habían estado durante ese día matando algún “bichillo”por la sierra. Al haberlos sorprendido la noche, decidieron esperar que amaneciera dentro de la cabreriza. Tomando unos vinos al calor de la lumbre se encontraban cuando fueron sorprendidos.
-¿QUIENES SON USTEDES? Gritó Santana mientras apuntaba con el fusil al más alto.
-¡PÓNGANSE MIRANDO A LA PARED Y CON LAS MANOS EN ALTO!
De entre los encañonados surgió una voz apenas perceptible:
-Antonio, ¿no me conoces? Soy Juan, Juan Zurita.
Santana hasta ese momento no se había dado cuenta de que el hombre que le dirigía la palabra era la persona que le salvó la vida, quién le mandó un emisario para que huyera y salvara el pellejo. De no haber sido así, lo hubieran asesinado al igual que hicieron con su amigo el costurero.
-¿Pero Juan, tú eres? Le pregunta Santana mientras se aproxima hasta él para darle un abrazo.
-¡SON UNOS CACIQUES FASCISTAS! Dijo uno de los milicianos, ¡NO TE FIES DE ELLOS! Miraba con rabia el miliciano a Santana…
-¡TRANQUILO MUCHACHO! Le respondió Santana, ellos me salvaron la vida, y han sacado de la cárcel a cinco socialistas amigos míos. No son fascistas, son buena gente …. POR ELLOS NO HAN DE DOBLAR LAS CAMPANAS.
Nota del autor: Parece ser que por las gestiones realizadas por Juan Zurita y José Ruiz Martínez, fueron sacados de la cárcel de Priego cinco vecinos de El Castellar,
Y de los cuales, los viejos del lugar, conocen sus nombres. El nombre de los delatores “chivatos o soplones pelotas” también es de dominio público, pero es mejor callar aun por respeto a sus descendencias.

ANTONIO AGUILERA , LITERATURA REVULSIVA.

1 comentario:

Antonio Manuel Jiménez Conejo dijo...

Me ha gustado mucho leer la historia de Santana, un hombre que conocí cuando niño (era vecino de mi barrio, la "Huerta Palacio"). Mi padre me la contó hace ya tiempo, aunque desconocía el episodio del postorior encuentro en la sierra de Albayate con su salvador.

Saludos.